
Si de de algo tenemos que presumir, que sea de dignidad y de conciencia de clase. Lo demás son sólo vanalidades, estupideces que lamentablemente con equiparan con la zoncería más elemental.
Dicho esto me parece muy injusto que el personal laboral del Ayuntamiento de Camas tenga que ir, en los procesos de negociación colectiva, a años luz de la negociación de los acuerdos de los funcionarios. Si éstos son capaces de forzar la negociación con la presión de las movilizaciones es porque una gran parte de esos funcionarios están unidos (independientemente de las siglas) de cara a las mejoras que puedan sacarle al Ayuntamiento.
¿Y el personal laboral? Indiscutiblemente lo más cómodo es ir a la cola del pelotón y llegar a meta. Pero llegará un momento en que, una mala jugada de la suerte en nuestra contra, nos apee de la carrera.
La dignidad debe estar por encima de estas cosas. Mirarnos en un espejo no nos dará mayor fuerza ni nos hará más guapos. La fuerza no está en el máximo número que consolida una unión si al final te ves más sólo que la una. La fuerza está en la capacidad y convicción de dajarnos la piel y el alma, por los demás (sin reparar en quién es quién), en el camino hasta llegar al final. Y la solidaridad es ser capaces de recoger a nuestro compañero del suelo y llevarlo con nosotros hasta ese final.
Ahora no me digan los representantes de los laborales que han ganado el acuerdo de salir media hora antes todos los viernes no festivos del año.
Y pregunto una cosa: ¿dejan indiferente a alguien los comentarios de este blog?
Salud
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