
El Estado y sus vividores juzgan contra el derecho a la libertad de las personas. Ellos nos imponen sus leyes y su voluntad.
Pero la revuelta ha comenzado. El triunfo de Casas Viejas se ha hecho patente por la fuerza de los compañeros encerrados y los que estaban en la calle, que había mantenido en vela a todo un cuerpo policial 40 horas; sí, han desalojado Casas Viejas, pero la lección de organización y defensa de ideales ha sido un ejemplo para toda la ciudadanía de Sevilla y del Estado; Casas Viejas no se cierra, porque está en cada uno de nosotros, y porque no puede desaparecer por el simple derrumbamiento de un local.
¡CASAS VIEJAS SIGUE VIVA Y EN PIE!
Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario