Y todo sigue igual...

23/02/2012

Siempre resulta que 2+2 son 4. Así nos enseñaron las matemáticas. Algunos críticos, mediante una formulación compleja, nos indican que todo es producto de una manipulación histórica y que, como nos han inculcado, las matemáticas no son exáctas ni correctas. Pero ahora no viene a cuento profundizar en esa materia cuando tenemos, como más interesante, otra rama de las matemáticas: los débitos. Y es que sea como fuere el pasado, la realidad es que el personal laboral del Ayuntamiento de Camas soportamos una gran injusticia que ya se alarga en el tiempo como la sombra del ciprés. Desde hace 6 años al personal laboral nos debe el Ayuntamiento atrasos. Los respectivos gobiernos municipales que se han sucedido, aún arrogándose promesas de solución, no han hecho más que dejar a la altura de una mierda a l@s trabajador@s municipales, pisotenado nuestra dignidad y encima, aplicando a rajatabla los dictámenes del gobierno socialista de ZP, siendo su perfecta correa de transmisión en la confiscación, sin negociación ni petición alguna, del 5% de nuestro salario. El gasto público no debe ensañarse con l@s trabajador@s ni con la sociedad en general. Somos de la opinión de que se puede prescindir de los que nos gobiernann y autogobernarnos. Pero esto también en otra cuestión, no matemática y sí social. Lo que nos incumbe, como trabajadores de este Ayuntamiento, es el despropósito de haber sido tocados por la mano mágica de los políticos, esos mismos que se forran, que se apoyan para ganar privilegios y que se despedazan entre sí para no perderlos... que propician la ganancia de los bancos endeudando con gasto ficticio las arcas públicas, cargando en los bolsillos de las clases medias y bajas el rescate de la quiebra, la quiebra a la que nos han avocado sus decisiones y actuaciones equívocadas de pésima gestión. A esa quiebra que nos ha llevado la lujuria de unos cuantos y la espera trepa de otros pocos. Pero como en todo, hay escepciones. Los atrasos de 2006, 2007, 2009, 2010, echan por tierra cualquier previsión. Se pudo haber solucionado de una manera más honrosa, digna y menos agresiva contra las arcas públicas, el gran problema de las indemnizaciones por despidos improcedentes cuestión sobre la que ahora no se puede estar culpando del mal. Porque lo que realmente echa por tierra cualquier previsión es el aval de 2 millones de euros que el Ayuntamiento tuvo que poner sobre la mesa del embargo de SODECSA. Y ese aval fué... un terreno o finca propiedad municipal. Pero lo más increible es el despotismo a la hora de zanjar cuestiones inherentes al gobierno cuando no se tiene: la sóla promesa vale porque su palabra ha de ser la ley y después de metido se olvida lo prometido. No pedimos nada más que lo que nos deben, lo que dos dejaron a deber y tantas veces nos ha prometido que nos van a pagar, tantas que nunca lo hacen. Y eso es malo. Salud.