En defensa de lo público y II.

En los tiempos que corren, en estos tiempos de CRISIS IMPUESTA por la usura capitalista, la especulación banquera y los mal gestores políticos, el empleo público una vez destruido el tejido empresarial privado de pequeña y mediana empresa, sobre todo la autóctona, es la salvaguarda de puestos de trabajo no sólo fijo o funcionario si no también eventual.
En España, con el espejo de la Europa más reaccionaria donde mirarse, nuestros grandes empresarios apoyados por una banca traicionera anclada en un excesivo interés por darnos calabaza a precio de oro y unos políticos mirándose el hombligo con los bolsillos llenos del erario público el objetivo es: la destrucción del empleo público fijo e indefinido atacando los "privilegios" de los Funcionarios.
¿En qué se fundamenta esta teoría? En la bancarrota de ese erario público. Sus gestores políticos (tod@s ell@s) son los responsables de un despilfarro sin precedentes. No es lícito que existan empleados públicos (fijos, funcionarios o eventuales) en áreas de obras públicas (o infraestructuras) que atiendan sólo a obras menores, licitando las obras mayores a empresas semiprivadas o privadas. Esto crea vicios mal sanos en la prestación de servicios y holgazanería en esos empleados públicos porque no existe la racionalización tanto en el gasto como en la organización y planificación. Es ahí donde está el problema. ¿A quién interesa que eso ocurra así? Hay una Ley de Bases de Régimen Local donde se arbitran los elementos para privilegiar al político en detrimento del ciudadano. Las mejoras municipales llegan beneficiadas por subvenciones provinciales, autonómicas o nacionales que inciden de manera leve sobre la población pero de la que se saca un rédito político cuando se acercan las elecciones. Al menos es así conociendo la población en la que nos movemos como personal laboral.
Sigo diciendo que el mayor problema está en la mala gestión económica que se realiza en los Ayuntamientos y en la negación de coordinación, organización y planificación. Y como ya dije en el anterior comentario de hace unos días: los que vamos a pagar el pato de este desastre somos los empleados públicos; no los gestores políticos. Al empleado público se le puede ECHAR según las normas establecidas. Un político cambia de empleo por muy negligente o incompetente que sea. Con esto no quiero decir que los trabajadores públicos no tengamos culpa también. En esto voy a intentar ser lo más realista y objetivo que pueda. Pero será para la próxima.
Salud.

En defensa de lo público.

En los tiempos que corren y a un paso de 2011, se están comenzado a dar los primeros pasos para la privatización de la Administración Pública (general, autonómica y local). Nuestros políticos, presionados por la especulación empresarial, se sacan de la manga una nueva Reforma Laboral que abre la puerta a esta privatización. Irán saliendo leyes y decretos que así la desarrollen. El objetivo principal es precarizar las relaciones laborales dando mayor poder a los empresarios.
Nuestros políticos ejercen potestades de empresarios en la Administración Pública. Es mentira que el nivel de endeudamiento de la Administración sea debida al bajo rendimiento de los empleados públicos y a los altos sueldos de éstos. Vuelvo a repetir que es MENTIRA que la culpa la tengamos nosotros y nuestros sueldos (aunque no pongo las manos en el fuego, porque por culpa de unos cuantos me las puedo quemar, y al final pagamos todos). Sobre el capítulo del presupuesto de personal, en las administraciones locales, se cargan los sueldos de los políticos junto a su personal de confianza y al resto de personal eventual. Horas extras sin previsión ni justificación racional, otorgación de pluses o complementos abusivos y a "dedo"; dietas, comisiones. No hay un control de gastos eficiente y ecuánime.
Desde el PSOE de Madrid se oponen a las privatizaciones de la sanidad pública que está llevando a cabo el PP (Esperanza Aguirre) en la Comunidad y dicen: "Su privatización supone imponer la lógica del mercado y la rentabilidad económica por encima de las necesidades de salud de la población y perjudica por igual a los ciudadanos y profesionales de la salud". Pero esto se dice desde el PSOE de la Comunidad de Madrid porque está en la oposición y es el PP quien gobierna.
Aquí en Andalucía es el PSOE quien gobierna y el PP quien levanta, timidamente bien es cierto, la voz contra las privatizaciones que se pretenden llevar a cabo. Por tanto y en conclusión la política es la misma, venga de quién venga. Las ideologías políticas se fusionan por presión de los especuladores capitalistas en una misma entidad.
¿Y en el municipio de Camas? Algunas voces en el Ayuntamiento de Camas (con la boca muy pequeña y casi sin voz, todo hay que decirlo) presumen de PRIVATIZACIONES. Hay varias empresas que están pujando por hacerse con algunos de los servicios municipales: Urbaser, de Florentino Pérez, es una de ellas. El asunto no es la revalorización de las cuentas públicas, sino la precarización de las relaciones laborales y la precarización del servicio que se preste al municipio en pos de lindezas especulativas de las que no le interesan al pueblo. Es mentira que la empresa privada gestione mejor los recursos y preste un mejor servicio y más profesional. Para la empresa privada lo que de verdad cuenta son los resultados finales. Si son positivos, o sea, si hay beneficios a costa de lo que sea... mejor que mejor. Si por el contrario hay pérdidas siempre se puede dar carpetazo al servicio, echar personal, bajar sueldos o pedir ampliaciones de capital al ente municipal.
La solvencia económica de una Administración Local no está en las privatizaciones o posibles privatizaciones. Esa solvencia está en la ecuanimidad y racionalidad del gasto público y para ello la gestión ha de mirar en pos de la municipalidad, en pos de esa sociedad municipal que es a la que debemos, como gestores (unos) y trabajadores (otros) municipales, nuestro respeto y trabajo. Cuentas públicas, gestión participativa, gastos acordes y respetuosos con la demanda social.
Nosotros como empleados públicos debemos, ante todo, respeto a la sociedad que nos paga con sus impuestos. Si ofrecemos trabajo serio y profesional, bien organizado y gestionado ni se hablaría de privatizaciones; incluso y muy posiblemente no se hablaría de déficit público.
Pero si la cúpula de la pirámide es la que falla y el fallo se traslada cuesta abajo hacia la base solo se consigue emponzoñar las cuentas públicas desbastandolas hasta el déficit. Y ese déficit es el que luego nos presentan los gestores políticos municipales para alegar en favor de las privatizaciones. ¿Pescadilla que se murde la cola? El resultado es que son los gestores políticos los que quedan inmunes en el proceso y sus adláteres, trabajadores públicos algunos de ellos, los que sacan beneficios en sus cuentas de resultados particulares y los empleados públicos a los que culpabilizar porque siempre tiene que haber un culpable en todo este embrollo.
Y si se precariza la relación laboral, no se tomará nunca la objetividad como premisa ante expedientes, eres o despidos venideros. Será la subjetividad la que reine, la misma que impera en esas relaciones laborales. Entonces ¿habrá privatizaciones en el Ayuntamiento de Camas? Para eso tenemos la Comisión Paritaria y al Comité de Empresa, para no tener que dar explicaciones al personal laboral si llegan a producirse.
A buen entendedor... seguiremos informando.
Salud.